¿Qué lecturas os seducen más?

jueves, 27 de noviembre de 2008

LA REGENERACIÓN DEL ARTE

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Copyright: Albert Sisteró




El pasado Jueves 20 de Noviembre publicamos en el blog un artículo con título "¿es posible la unión entre pintura y literatura?" en el que se anunciaba la creación de un nuevo movimiento artístico. Aquí y ahora les presentamos la teoría o bases del mismo, enviadas por nuestro colaborador, Angel Brichs, el cuál es el creador de ese movimiento pictórico denominado REALISMO ESCENOGRÁFICO:

Zenius



El arte es una realidad tangible y práctica. Práctica y real, como a simple vista no parece ser en su teoría que, canalizada en una estética de la belleza promovida por la clasificación tendenciosa que ejercen los críticos, se podría describir más como una censura informativa y promiscuamente comercial que cada día pretende satelizar la idea básica de lo que fue éste en su día. Pero ya hemos llegado a una meta. Como en toda fase de venta de un producto de consumo, el cuál incide en una cadena de montaje para su fabricación, distribución, marketing y promoción para su posterior venta, llega a su fin cuando esa empresa se le agota su creatividad. Ya no concibe ideas propias y lo único que le queda es continuar haciendo los viejos productos que ha ido fabricando, se queda anquilosada en el pasado, y definitivamente se verá en la obligación de presentar una ERE o cerrar sin más. Algo parecido está sufriendo el actual mundo del arte en el mundo en el que vivimos. Surgen tendencias, sí, pero al final siempre se tiende a valorar más a los artistas que llevan más de 100 años muertos que los de carne y hueso, que han sobrevivido a su arte y siembran día a día un nuevo creacionismo que los hace coexistir con sus obras. Desgraciadamente, ese nuevo creacionista no crea mucho más que esas empresas, ya que a falta de ingenio innovador continúa centrándose más en una realidad subjetiva de ver la pintura, partiendo de realidades preexistentes y no representa más que un burda imagen de una gran mezcolanza de las reminiscencias caducas de las vanguardias del Siglo pasado. Sin la creatividad, el artista deja de hacer arte, y éste desaparece. Es por ello que se debe ser creativo; no obstante la traba que representa la buena comercialización de las obras, y la duda que surge de cualquier nueva tendencia incontestada, ocasiona el dilema moral de lo que tiene que hacer el artista o como también plasma el pintor jienense José Fernández Ríos: “lo que pasa es que no acompaña ni el mercado ni tampoco hay apoyo institucional ni galerías que apuesten por el arte de vanguardia” Sólo existe lo que vale, no lo nuevo, porque predomina lo viejo en contra de lo nuevo. Pero, con todo, eso es culpa de que los artistas de hoy han perdido el orgullo que los hacía estar en la cuerda floja de la sociedad como antaño. Son en sí, un estamento social más. Un instrumento ornamental del mundo en que vivimos.

La pintura como ejemplo esencial del arte que exhibe la persona humana se merece algo mejor. Se merece tener la posibilidad de renacer, ya que cuando algo sigue igual durante mucho tiempo por fuerza tendrá que cambiar tarde o temprano; pero cuando llevamos tantas décadas seducidos por las tendencias y las modas sin crear algo objetivo, novedoso y trascendente, es el artista el que debe autoimponerse y decir ¡basta!
Consecuencia directa de todo ello ha sido la creación de un nuevo fenómeno que quiere exponer una dimensión diferente de ver la pintura. Es por ello, que un grupo de artistas y Literatos, encabezados por un escritor (Angel Brichs) y un pintor (Albert Sisteró), comprendieron hace unos años que había una necesidad de cambiar el concepto del Arte tanto en Pintura como en Literatura. Para conseguir que una realidad pictórica se ponga en práctica, se necesita una teoría que vierta los aspectos fundamentales por la que ésta ha sido creada. Es por ello que esos dos pensadores crearon esta realidad pictórico-artística bautizándola como PINTURA REALÍSTICO-ESCENOGRÁFICA. Esta variante se desmarca del fotorrealismo escénico, al que describe como un “estilo periodístico más”, por reflejar un cuadro costumbrista muy neutro en el que el artista no participa en la obra sino que la monta, por lo que no lo ve como arte final. También se desmarca del hiperrealismo, por verlo como un ente sin vida, una variante de la ilustración neoclásica que no dice nada.
Así pues, el realismo escenográfico, se sacude el polvo del pasado, partiendo desde cero, creando una renovación estética y formal de ver el arte en que el protagonista principal de la obra debe ser el espectador. El arte surge de la tierra, no puede ser “manipulado”, por eso la visión principal de esta nueva fórmula pictórica se adentra en la realidad actual, del día a día, de la gente, de la verdad, acometiendo con una pintura real y social, que crea impacto y que hace copartícipe al espectador, es más, a todo el mundo, conectando el artista con él. Como nunca se ha hecho, con humildad, con corazón, con sentimientos, en igualdad de derechos que el ciudadano de a pié, estando el artista a su misma altura, creando un arte visceral, que le llegue de dentro tanto al artista como al público, independientemente de lo que es o no es comercial, ya que nada que nace es comercial hasta que se madura haciéndose "tendencia". Esta nueva modalidad pictórico-artística pretende ser pura, lineal, abstractiva pero objetiva, entendedora pero trascendental y simbólica por ser consecuencia directa entre el artista, o sea, el yo y el mundo, o como los materialistas o figurativistas denominaban la percepción de la realidad del sujeto y el objeto, pero sin prestar importancia al narcisismo que el artista ha sobrellevado con todas las vanguardias existentes hasta la fecha. Eso se ha acabado, el orgullo de lo irreal o subjetivo se deja a un lado y el arte se abre las puertas a toda la especie humana, ha llegado la hora de lo feo por lo bello, lo real de lo escatológico, de la práctica y no de la semblanza ni de la copia, de la vulgaridad original e innovadora por la copia vulgar e inexpresiva, tendenciosa, "modosa" y no creativa. Se habla de un arte contemporáneo ex profeso, de pintores y artistas variopintos que llevan muertos más de 15 años. Se habla mucho...pero en realidad, ¿qué hay del arte verídico, el real, el de todos los días, aquél que refleja la realidad de los vivos, que resulta más influido y más relegado a la nada por el de los muertos? ¿Este es pues el arte que queremos? ¿Qué realidad hay en el mismo? ¿Cuál es el arte que queremos? No soy quien para decirlo, pero no obstante manifiesto que el fenómeno del realismo escenográfico en la pintura es algo al que el artista teme por no querer someterse, y aunque no quiera admitirlo ni acuda a aceptarlo, es el futuro de este arte que tantas cosas tiene que enseñarnos. Pero vamos a lo práctico; en su inicio este nuevo movimiento se rige por tres conceptos fundamentales: primero, destaca el sentimiento gracias a la aplicación plástica, que trasciende en el materialismo que nos rodea; segundo, calibra y exterioriza el pensamiento artístico del autor sin subjetivismos sino describiendo al objeto del lienzo de la forma que es mentalmente, viéndose reflejado el espectador en él; y por último representa la realidad en la escenografía pictórica, esto es la mentira existente que es el mundo real.
En sí, lo que el figurativismo, realismo e hiperrealismo pictóricos no consiguen, al tener de expresar la realidad física y a la vez sentimental y abstracta, por ser ésos fríos e intemperantes, carentes de sentido y sólo siendo estancos en la escena inanimada, el realismo escenográfico lo ha conseguido. Es este último el catalizador y el revulsivo que la pintura necesitaba por expresar lo que la pintura ni la fotografía expresa como realidad interna y externa del artista.
Y pasando ahora a las tipologías principales que posee esta modalidad pictórica nueva, podríamos enumerar en su conjunto a sus más relevantes y que representan la piedra capital de lo que el Realismo Escenográfico quiere representar:
En primer lugar tenemos la fusión artística compuesta por la pintura y la literatura que es la pintura literaria, que quiere mostrar la posibilidad de unir el arte, como decíamos anteriormente. Esta variante pues, pretende canalizar los sentimientos de la prosa y el poema en la expresión pictórica, la cuál, debe alterar el ánimo o subconsciente del espectador, objetivo del arte en sí. Asimismo la pintura literaria tiene que ser el complemento del texto adyacente y no el mismo texto; y a sí mismo el cuadro debe ser el marco de unión simbólico que sugiera una secuencia de hechos que aluda al texto adjunto. A lo que también, el mismo texto adjunto, como literario que es, debe ser libre en cuanto a la métrica, el estilo y la forma, tanto en retórica como en semántica, y sobre todo crear idea, conceptualizarla, haciéndola concebible al ojo humano y manifestarla de una manera novedosa, por la vía de “lost words” o estilo crucigrámico. Ello es cuando el autor, intencionadamente, elimina varias letras o palabras completas del mismo párrafo para provocar el ingenio del espectador y romper la monotonía contextual, usando los juegos de palabras y sopas de letras, sin poner los resultados, para que el lector juegue con el texto a su albedrío e intente resolver el problema con la pintura y la prosa al lado, buscando lo que falta; o bien componer una leyenda con los vocablos desaparecidos en algún límite del texto.
Y en segundo término, englobamos tres grandes variantes pictórico descriptivas que forman la base de este estilo pictórico, las cuáles se entremezclan con el retrato, la iconografía o tópicos externos de nuestra sociedad y los pensamientos internos de la mente del ser humano, queriendo mostrar la parte fea pero a la vez real de nuestras vidas, a modo de una terapia artística de carácter público y universal. Estas son el esquema facial, que se define en un aparente retrato normal y corriente de una persona cualquiera, pero dividiendo su estructura facial, iluminando en cada una de esas capas de piel y córtex los temores y pensamientos que sacuden la mente de esa persona, creando una sinergia con el mundo exterior, aludiendo a realidades internas en las que el espectador se ve reflejado; el busto real, que es lo contrario del primero. Los pensamientos no están impregnados en la cabeza sino que salen como una columna de humo de su frente y cráneo hacia el cielo; y finalmente el vertido de masa, que es la conjunción entre la primera y la segunda variante, por la que ya no se pinta individualmente sino en grupo a toda una serie de personas las cuales difunden sus realidades interiores creando un cosmos de pensamientos orgánicos en el cuadro.

Así es como este movimiento, de forma espectacular, original y renovada, vierte todo su potencialismo trasgresor, reinventando el concepto del arte en su grado más íntimo, para llegar al público de una forma clara, extramental, intuitiva, escénica, real. El subjetivismo del autor queda diluido en un realismo en el que el culto a la escena social, a la fealdad, al pudor más íntimo, de forma desenfadada e impersonal. El personalismo y el intelectualismo como promueven pintores como Palmeral no es el fin último de la obra. El surrealismo, el minimalismo o la reexposición de todas las reminiscencias y restos de toda la fenomenología vanguardista que hemos visto hasta la fecha y que aún traza la línea o hilo conductor de toda la estética que lleva a los artistas de hoy, sólo conduce a la proliferación de un tumor maligno que se expande y destruye día a día el arte. Por ello, el realismo escenográfico, evoca un universalismo real, amparándose en el mundo en el que existimos, haciendo de este arte un arte más humano, y del que sólo se sirve del conocimiento del artista para contar la realidad, no su realidad, sino la de todos. Es como un jarro de agua fría en un caluroso día de verano, es en definitiva, la vuelta al paraíso de las ideas, una aproximación al originalismo artístico, al concepto de arte en sí, medio una ráfaga de aire fresco y puro que reza por entrar y oxigenar esta habitación viciada en la que convivimos y que se llama Tierra.

COPYRIGHT: Angel Brichs Papiol




jueves, 20 de noviembre de 2008

¿ES POSIBLE LA UNIÓN ENTRE PINTURA Y LITERATURA?


Autor: Albert Sisteró Roda
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El escritor egarense Angel Brichs, creador del Neomodernismo Literario y habitual colaborador de este blog, en colaboración con el pintor natural de Castellvell i el Vilar Albert Sisteró, ha diseñado un nuevo formato literario-artístico, donde literatura y pintura se fusionan en uno. Así es como nos lo explica:

“Todo escritor, una vez ha terminado de escribir un libro, tiende a hacer dos cosas: una es darse a la fuga y otra escribir otro libro. Algo parecido me sucedió a mi. Y un buen día, hace ya dos semanas, analizando un capítulo de mi última obra que ya presenté en el blog y que habla de la PINTURA ESCRITA, desarrollé varias ideas tratadas ya en ese libro que me dieron parte a crear una nueva teoría artística que engloba el género pictórico y el literario. Pronto, hablé con un colaborador y amigo, Albert Sisteró, pintor hiperrealista, el cual ha expuesto en New York, Toronto, Milán y Barcelona los últimos años y le propuse la idea a lo que él me contestó fascinado: ¿cuándo empezamos?
Ahora, en este blog y como primicia mundial, les expongo brevemente dichas recién creadas tendencias pictórico-literarias como son LA PINTURA REALÍSTICO-ESCENOGRÁFICA y su variante literaria que es LA PINTURA LITERARIA.
En primer lugar, y basándonos en el esquema del arte, es decir, en la intersección (Sentidos(persona)-Realidad (objeto)-Escritura-Pintura) como línea motriz y de unión final entre la pintura y escritura, por ser las dos representaciones de una realidad sináptica interrelacionada y objetiva con el medio; se deriva tradicionalmente en dos amplias realidades que no representan más que fríos esperpentos de una realidad subjetiva del artista como son LA PINTURA VISUAL y LA CALIGRÁFICO-ILUSTRATIVA, esta última muy extendida en el orbe indo-asiático. Es por ello, y en consonancia con el sustrato teórico expuesto en el libro “El Neomodernismo Literario o Una visión artística de la Literatura” valoramos que hacía falta una praxis; un punto eje que llevara a la práctica la realidad allí expuesta, con lo que dicha realidad hoy se puede decir que es ya un hecho. Y esa realidad está englobada en un estilo pictórico nuevo el cual se llama Realismo Escenográfico. No obstante, dicha variante pictórica no es una tendencia vanguardista de principio de siglo XXI, sino que es una realidad necesaria, una evocación creativa que se eleva, al igual que el neomodernismo literario a una valoración intrínseca de la capacidad emotiva del público y el autor, reflejándose a ambos como un mismo ente vivo. En definitiva, la pintura no es de propiedad exclusiva de los coleccionistas o del mismo artista sino que queda establecida como nexo de unión entre el público y el autor; sin sutilezas, sin subjetivismos vanos, sólo canalizando el arte cara a cara, artista y espectador, todos en un mismo nivel, y no uno encima del otro como ha sucedido hasta ahora en el mundo del arte. Es pues este estilo de pintura universal, protagonista del cual es el público, que es representado en las obras con todos sus temores y secretos más íntimos, sin tabús, sin tópicos vulgares, sin encasillar a nadie, tal como es, puro reflejo de lo que somos. Pero fenómeno tan directo y objetivo con lo real no puede existir sin un contexto semiótico que lo eleve de forma que el público vea algo nuevo y no simplemente un cuadro en una galería de arte. Por ello, donde la pintura realístico-escenográfica alza sus colores, la PINTURA LITERARIA complementa la escena que la primera quiere representar. Es esta última la quintaesencia del arte escrito, pero sin alterar ni la pintura ni la literatura como hace la POESÍA VISUAL. Aquí no se elimina la pintura para escribir un cuadro sino que se unen la una a la otra de la forma que el espectador lee el texto que simbólicamente se plasma en la tela por el pintor, medio la idea concebida en el mismo cuadro por el escritor. Es como podría decírsele una sociedad entre la PINTURA y la LITERATURA, pero ante todo una fórmula que hoy día no se está acostumbrado a verse cada día ya que el objetivo final de este creacionismo radica en la invención y la creatividad, algo desconocido por los pintores y escritores de hoy. Es por eso más necesario aún el motivarlo, mostrándolo aquí, reverberando el interés perdido por tantos y tantos artistas que son víctimas de la línea comercial en que son vertidas sus obras en la actualidad. Es ante todo una llamada a la creatividad, para hacer entender al mundo, que a día de hoy, el artista del ayer es más necesario que nunca. En fin, la rotura del rol diario que nos hace convertirnos en seres más simiescos cada día es necesaria, es positiva y además, pese a que muchos no lo quieran creer por discutir lo existente como si fueran la mismísima inquisición, FUNCIONA".

sábado, 8 de noviembre de 2008

¡NOVEDAD EDITORIAL!

¡¡¡Les anunciamos que el libro “El Neomodernismo Literario o Una visión artística de la Literatura” de nuestro autor y colaborador en este blog Angel Brichs Papiol, ya está a la venta!!!


A lo que seguidamente dado su interés, ha querido obsequiarnos con un breve fragmento de su último libro que aquí presentamos y de un folleto y/o reseña biográfica incluida con los datos de contacto para quien se quiera hacer con un ejemplar del LIBRO.







FRAGMENTO DEL LIBRO:


[La literatura, al igual que estos fragmentos lógicos, que yo defino como "Lógica fragmentaria", es una marea obstinada de pensamientos, a la vez inconexos, a la vez lógicos y objetivos, o abstractos y subyacentes del Ser, pero, con todo, son pensamientos, que, producto de los sentimientos o los estímulos, se materializan sobre el papel. Una vez que estos pensamientos se plasman, evidenciándose como praxis sobre la “tela”, son enumerados y homogeneizados por el autor, dando forma al texto, más o menos ordenada y según su criterio. Hasta ahí bien, pero es de la extrema corrección y el índice capitular por lo que se transmuta el código literario en ensayo lingüístico. Es por ello que debemos rehuir de tales menesteres, apreciando más la realeza y libertad de nuestros actos que la lógica vital de todos ellos. Y es que la literatura como género no existe, ya que es ella una faceta del SER y no del ESTAR.
Como recalcaba Isócrates, el mundo sigue su orbe, a veces de forma ilógica, a la vera vanal. Pero es que la capacidad abstractiva del hombre sólo aparece en aquello que le interesa o tiene que esforzarse, excepto en todos los aspectos cotidianos que se realizan “sin pensar” siquiera. Como anunciaban los clásicos griegos como Dionisio de Halicarnaso, sobre la capacidad de argumentación lógica (Heuresis y Krisis), interviene mediante la respuesta cognitiva y a la vez ilógica, fundamentando la lógica ilógica, creando una mejor oikonomia retórica, situando la acción elemental en el momento oportuno o Krisis, sin tener que vernos guiados a la “imitación” y valorando el figurativismo como la orientación hacia el juicio que buscamos. Es fácil existir y vivir pero, de que sirve “vivir” sino reivindicamos nuestro elemento más preciado que es la mente. La sociedad actual, automonopolizada por su fashion-cult evoca insuficiencia renal. Provoca la insuficiencia hepática más trascendente que la cólera de un diabético que no puede comprar insulina. Es esa facilidad y “dejadez” lo que nos hace creer normales, eso sí, como mascotas, sin criterio. Y digo yo, ¿ dónde vamos así? ¿no es mejor envolvernos en una sábana y seguir soñando? El apogeo neocapitalista trasgrede la retórica interna del ser, perfilándose como una realidad idiosincrática carente de lógica verbal propia, es en definitiva, la transmutación del arte en Cultura de masas. Los artistas actuales, tanto los que van al taller literario como los que estudian en una academia o en la Universidad, no son más que falsificadores literarios. Están sometidos a la moda. Esa moda del momento que los hace escribir de una forma un día y de otra muy diferente, dos más tarde. Hay diversas variantes del falsificador artístico-literario. Una es la del escritor convencional que publica dos Best-seller al año o el que escribe un par o tres de novelas cada temporada para vivir del postín editorial. Ese resulta ser un ejemplo claro del gran falsificador artístico. La otra, no obstante, es una clase de escritores o seudoescritores que instruyen a la población para escribir Literatura. Estos son los peores falsificadores de todos ya que estos promueven una forma de proselitismo que hace imposible la innovación creativa independiente. El arte no se puede enseñar, no es algo que se pueda aprender, es innato, visceral y completo. O todo o nada. Las impurezas no existen, sólo lo puro y lo abstracto yace en el artista, el cuál es tal y como hemos dicho antes, el procurador artístico en la Tierra. Cada día vemos ejemplos más claros del "arte" que el Ser Humano hoy día preconiza. No valga la pena decir que las manifestaciones de los últimos meses de los guionistas de Hollywood, como claro ejemplo de ello. ¿Este es el tipo de cultura que el Ser Humano desea? ¿Merecemos una cultura sin esfuerzo? Algunos dirán "un profesional ha de ganarse el sustento". Un profesional sí, no un artista. Es el esfuerzo lo que vale. El esfuerzo sólo se puede recompensar con esfuerzo. He aquí donde radica el don del artista; esto es la voluntad. Pero no nos engañemos. No es el arte aquello que domina al público hoy en día sino las tendencias y las modas. El arte, o como se entiende hoy "la cultura de masas", evoca el gusto por lo bonito y rehuye "lo bello". El público, el cual, ha hecho de sus héroes al Dr. House o los detectives del CSI y los venera y los hace suyos en todos los actos que realiza, pensando ser como ellos. El mundo está desquiciado, evoca modas, las promueve, está influido por ellas, no piensa con cordura; ya ha perdido el concepto tradicional de la vida y del conocimiento, rehuye esos aspectos y sin percatarse en nada, sigue recto como una máquina, como un robot. Esos ejemplos expuestos son la clara muestra de en lo que se está convirtiendo nuestra sociedad democrática. La población duda y ve con incerteza esas manifestaciones del Séptimo Arte (y mayormente por mostrárselo los mass-media) a lo que un minuto después, se sacude el polvo viendo un concierto de rock u otro affaire que le agrade. Estamos sodomizados, expuestos ante una cultura de lo bonito que precisamente no nos profesa amistad sino más bien apatía. Tropas de pretendidos artistas llenan día a día la pantalla del televisor con programas de autopromoción como Operación Triunfo y Fama u otros reallity-show, para hacernos creer que el arte es dominable "por todos", para acercarnos de forma universal a unos y a otros. Para mí no es más que la prueba palpable de que la cultura de masas está en crisis. Crisis de ideas, de valores, que hacen que esa mentira total continúe siendo mentira y se resuelva en un montón de mentiras que ya no hace vibrar a la gente. Ello se intenta resolver con una interacción total entre el público y el "artista". Se pretende dar una oportunidad a ese mundo en el que la cultura lo deja de lado, convirtiéndolo en copartícipe de ello. Sería anodino creer eso; más de un terco insensato que de un pop-men del momento. Pero esa persona pop, no sabe o ya no se acuerda qué es en sí el arte. No sabe que el arte no puede ser regalado ni a la vera, prestado; es en sí un estado neutro que pertenece a todos y a nadie; y esos programas no hacen más que desprestigiarlo, haciendo creer que es algo trivial que está al alcance de todos; que se puede conseguir sin esfuerzo. Es esa vulgaridad e incluso la posibilidad de expresar estas palabras aquí hace vernos más al espejo en lo que nos hemos convertido. Somos como la llaga de un apestado, ya nada nos afecta, nos comemos todo lo que nos meten. Se ha perdido la noción del arte, y un estado de catalepsia denota el espejismo cultural que poseemos, producto de un alzheimer artístico que cada día nos afecta más como personas.]


Este fragmento forma parte de un extracto del capítulo Consecuencias Lógicas del Neomodernismo y su aplicación actual del libro “EL NEOMODERNISMO LITERARIO o Una visión artística de la Literatura” y cuyo autor es Angel Brichs Papiol. El objetivo de este fragmento es sólo de carácter informativo e introductivo para el futuro lector y comprador del libro completo y en ningún caso se permite su reproducción, modificación, venta o re-venta con fines onerosos o particulares sin aceptación previa de la Editorial y del autor. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS






RESEÑA:


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NUEVO ARTÍCULO DE ANGEL BRICHS

Hace años, escribí un prólogo para un libro de mi autoría que aún no se ha publicado y que les dejo aquí para que lo mediten bien, dado que tiene mucho que ver con varios aspectos que no sólo trascienden de mi último libro que ZENIUS les ha presentado sino también de la realidad literaria que nos envuelve hoy en día;

Praxis y literatura a finales del milenio :
La labor literaria ha sido cultivada desde hace siglos por célebres personalidades que han sabido sacar el fruto pertinente a tal cota artística que supone dar a relucir una obra cualquiera.
No obstante, los años que han seguido a la transición a la democracia en España han sido objeto de bastantes obras bien sentenciadas y con un digno porcentaje tanto lingüístico como literario, que tipificaríamos como superior.
Los autores que han enjuiciado al mundo literario peninsular en esta época, cabe decir, que, con más trascendencia, son: Quim Monzó, Miguel Delibes, Terenci Moix, Vázquez-Figueroa, Montalbán, Camilo José Cela, Luis Goytisolo, Gabriel García Márquez, etc. Estos mismos autores han construido un puente de unión entre la literatura de Pos-guerra y la transición a la democracia, cosa que ha proporcionado la aparición de muchos autores novedosos y la aceptación de escritores jóvenes dentro de las filas de este movimiento artístico.
Es lo que se propone lograr la estructura de la socialdemocracia encauzando una nueva forma de ver la literatura.
Pero no nos engañemos, la literatura en general, ha sufrido enormes errores tanto por parte de los críticos como de los autores. La cultura literaria española ha transgredido todas las normas establecidas para convertirse en un sentimiento frío, subapartado de la economía en esta sociedad consumista y de libre mercado. La competencia característica de la economía capitalista ha pasado a afectar a este bello arte que es la literatura. La praxis literaria no existe, o al menos, aquellos valores que la apuntaban años antes hacia un realismo social se han visto mermados por la objeción de la sociedad.
La literatura se ha dividido en toda una serie de géneros en los que el ciudadano encuentra el que le viene mejor a su gusto e ideas. Si sigue así ya podrá decirse adiós al factor literario en España. Es por esto que me dedico a hacer una llamada al “fado” en general ya que estamos ya en el año de 1998 y en este glorioso año celebramos el centenario de la generación del 98, a lo que pido que al igual que en estos tiempos de desengaño y frustración para España, al igual que literatos a la altura de Azorín, Pío Baroja, Maeztu, Valle-Inclán.., supieron como orientar a la población culturalmente (ver el grupo de los tres) que el noble literato y el bohemio hispano hagamos fehacientemente lo posible para consignar en este país su orden y una base adecuada para orientar a la literatura hacia fines comunes, para que no se pierda el verdadero significado de este digno arte que es el arte del pensamiento en su praxis literaria.


ANGEL BRICHS PAPIOL
Escritor y Crítico de Literatura
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