¿Qué lecturas os seducen más?

lunes, 22 de junio de 2009

MILENARIOS

En los últimos años he soñado con varios escritores que se elevaban por encima de la estética comercial que ha protagonizado los restos exiguos de la narrativa contemporánea. Unos desechos que se han desvanecido por entre las brumas de la supraobjetividad que aflora del estilo periodístico. Raramente se me han aparecido más de un puñado de éstos autores. Más parecen ser los que he criticado y valorado como fantasmas del pasado; de un pasado casi imperceptible, remoto, abstracto. Casi indigno de sernos propio, y que plagiándolo en su forma y origen, esos escritores que pretendían diferenciarse de cuantos Rowlings, Zafones y Gordons, sólo han conseguido ser un mero reflejo de otros antepasados suyos al querer cultivar géneros que les eran ajenos a su habitual creatividad, demasiado inspirada en la estética comercial que inunda el mercado del libro en la actualidad. No obstante, a veces podemos sorprendernos a nosotros mismos. A veces podemos pensar que la costosa promoción comercial de un autor surgido de la nada responde a deseos lucrativos de un editor que se quiere hacer con el mercado, y poca cosa más. Normalmente es así, pero estavez se ha equivocado, ya que ha conseguido sacar al mercado una trilogía que responde a algo más que sensacionalismo. Una serie de novelas que rehuyen todo lo comercial y artificioso que nos es dado en nuestra vida. El márketing está fuera de todo ello. En lugar de eso se ha conseguido renacer algo perdido. Algo que hace mucho tiempo que el ingenio creativo de los autores les hacía fallar escribiendo pésimas obras, ello sin conseguir llegar al fin último que un escritor busca siempre: conectar incansablemente al público del comienzo al fin de la obra, sin adormecerle ni cansarle sino obligándole a pedir más, y más, y más. Eso no se puede conseguir cuando se pone el cuerpo, alma y extremidades en ello sino mucho más, como por ejemplo hizo nuestro autor, Stieg Larsson; un hombre de ideas firmes, con vocación por la causa social, un auténtico patriota cultural. Alguien que no crea para enriquecerse ni hacerse un nombre sino por sentir la necesidad de descubrirse a sí mismo, permanecer en algo, sin querer serlo al mismo tiempo. Para todos aquellos incrédulos, sólo hace falta que leamos la primera página de "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" podemos calibrar el perfil del autor y al mismo tiempo, percibir el hilo conductor por el que se trazarán las más de cuatrocientas páginas de la novela. Algo inaudito e imposible de ver en casi ningún autor de nuestros días. ¿A quién se le ocurre contar en la primera página del prólogo de su libro toda la trama de la novela? Pero lo verdaderamente increíble es que tras leerlo, quieras continuar leyendo sin parar. Creo que el sueño del que hablábamos se ha hecho realidad.


Escenografía policial sobre la Trilogía MILENIUM de Larsson en el FNAC-El Triangle de Barcelona.



artículo: Ángel Brichs

escritor y crítico de literatura

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