¿Qué lecturas os seducen más?

miércoles, 7 de octubre de 2009

Un público de papel...


Hace unos días publicamos en este blog un artículo en el que se citaba unos comentarios realizados por un conjunto de lectores del semanario TIEMPO de España, los cuales cargaron contra Vicente Molina Foix, un escritor que posee una columna en dicha publicación, la cual se conoce por encender más llamas que por apagarlas. Allí, se mostraba enconado en la defensa de la primacía artística por encima de cultos vulgares como el cómic, al cual lo definía como vehículo de ocio y distracción, anulando por tanto toda posibilidad de alzársele como una variante artística que, en cierto modo, posee cualidades de la pintura y la literatura al mismo tiempo.

No obstante, y tal como dijimos esa vez, continuamos valorando al cómic como un sustrato seudoartístico que reúne unas ínfimas cotas artísticas como para proclamarse arte en sí mismo. Empero, cabe añadir que el cómic ilustrativo, con textos o sin ellos, con autores como José M. Beá (con sus escenografías sicodélicas que intentan recrear una sociedad felina alternativa, p. ej. La Muralla) u Ópera, de Craig Russell (con sus ilustraciones casi herederas del estilismo de Robert E. Howard, y que nos remontan a una escenificación semivictoriana del dibujo, como si de una réplica de un grabado se tratase) nos invaden de alegorías gráfico-literarias que hacen difícil negar una clara procedencia de diversos fenómenos artísticos.

Pero, si no es arte, ¿qué representa que es? Supongo que es el subproducto de lo que el ocaso de las modas, el declive del pop y la saturación de las ideas ha producido en nuestro intelecto. Pero, ante todo, éste también es un vehículo comunicativo, un canal que difunde una literatura underground pésimamente escrita y con numerosas faltas de ortografía que, lo único que la salva es la procesión de imágenes que escenifican la historia contada en ellos. Pero, yendo más allá podríamos decir que podrían incluso representarse como la soberbia de una clase trabajadora que busca su equilibrio social medio un modelo de vida donde el registro literario aún no se ha adueñado de los libros y el lenguaje coloquial y la jerga de la calle es la hembra dominante. Una rebelión escénica que no sólo se proyecta en autores como Attilio Micheluzzi con su Ray Mann o Schultheiss con su Turno de Noche sino también con la existencia de editoriales indepenientes como La Cúpula. Pero, ante todo, vale la pena advertir que, viniendo del arte que profesamos hoy en día, ¿quién se atrevería a decir cuál lo es verdaderamente y cuál no? Lo cierto es que, vista la crítica que tuvo el artículo del que hablábamos al principio, nos es grato saber que las opiniones contenidas en páginas como ésta conllevan cada día más a incentivar su lectura, hecho que hace posible que el efecto online vaya acortando terreno día a día al "factor prensa", ganando por ello unos lectores nuevos que forman parte de ese gran público de papel que ya ha conseguido ganar al fin su libertad de pensamiento.



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Del artículo:
©Ángel Brichs

1 comentario:

Soledad Arrieta dijo...

Ángel, considero que hay comics y comics. Te invito a que busques tiras de Quino (http://www.quino.com.ar/), en donde Mafalda es una pequeña niña llena de cultura y de incógnitas que busca desesperadamente lidiar con un mundo mediocre que la rodea. Si esto no es arte no sé como encasillarla. El mismísimo Fonanarrosa y su constante ironia sobre el ser quedado y casualmente carente de cultura es maravilloso.
Sí considero que hay comics que carecen de todo arte, incluso, como bien decís, de ortografía.
Pero no englobaría bajo ningún punto de vista a todos en lo mismo.
Y sí estoy totalmente de acuerdo contigo cuando en "Donde yace el arte" hablás justamente de un arte mucho más abarcativa, que se expresa a través de distintos códigos.

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